Hernán Cortés fue, sin lugar a dudas, uno de los conquistadores más conocidos por la envergadura de su empresa, su crueldad inaudita y también, hay que decirlo, su alto nivel de perspicacia para conseguir sus objetivos. A continuación te presentamos una breve biografía de Hernan Cortés.
Resumen para niños de la vida de Hernán Cortés
Hijo de Martín Cortés y Catalina Pizarro, Hernán Cortés nació en 1485, en el seno de una familia nobiliaria menor y se supone que estudió en la Universidad de Salamanca algunos años, posiblemente leyes. En esa época los viajes al nuevo mundo eran un foco atractivo no solo para marineros y militares, sino para jóvenes advenedizos que querían aprovechar las puertas que ya había abierto Cristobal Colón en 1492. Por tal motivo, Cortés a los 19 años ya surcaba mares para dirigirse a esos terruños vírgenes.
En 1504, por lo tanto, llegó a Santo Domingo y pasó un buen tiempo como notario en la ciudad de Azua, en la actual República Dominicana. En 1511 fue parte de la expedición a Cuba, liderada por Diego Velázquez, trabajando en el gobierno civil y desempeñándose como alcalde de Santiago. Pero para Hernán Cortés tal realidad era muy poco, asfixiante y debía seguir con el descubrimiento de México, un sitio que prometía grandes riquezas. Trató de persuadir a Velázquez para que lo enviara en expedición y este ante la posición sospechosa del primero no quiso. Finalmente, Cortés haría caso omiso a quien en aquellos entonces era gobernador de Cuba. En 1519, con 34 años, comenzó el periplo que lo llevaría a cierto renombre inmortal.
Con solo 600 hombres se dirigió a la región de Yucatán, para seguir los pasos de otros como Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva. El primer contacto con las civilizaciones de mesoamérica fue en Cozumel, un sustantivo puerto naviero y religioso de los mayas. Cuenta cierta leyenda, aunque puede que haya sido verdad, que desde ese primer momento, tal simple tacto con distintas civilizaciones, trastornó mucho a un Cortés, que no podía creer que las pirámides aún tenían sangre y restos humanos de sacrificios. Por lo tanto, ordenó eliminar iconos de las creencias autóctonas y comenzó a expandir el cristianismo desde esa primera hora, emplazando vírgenes y cruces.
Luego de este primer encuentro, la conquista prosiguió en la costa, hasta que fue internándose poco a poco en el territorio. En marzo de 1519 se fundó la primer ciudad española en México, llamada Santa María de la Victoria. En el mismo mes trabó Cortés un enfrentamiento con los autóctonos de Tabasco, lo que se conoce como la batalla de Cintia. Pese que las huestes del potencial conquistador no eran abundantes, los autóctonos no podían competir por sus armaduras y armas de fuego. El resultado fue un Cortés victorioso, con solo dos bajas y una jura de lealtad de parte de los tabasqueños, además de oro y esclavas.
Toda conquista no se produce solo por fuerza bruta, sobre todo si el número no acompaña, sino también con destreza y habilidad para aliarse con los enemigos de tu enemigo. Cortés comprendió tal realidad muy bien, y no solo se hizo de la Malinche, quien sería su guía, traductora personal y amante (tuvieron un hijo llamado Martín), sino también amistad con el gobernante de Tlaxcala (quien vio en el conquistador una oportunidad de derruir el poder de Tenochtitlán). El poder de Cortés fue en aumento, ya que negaba las órdenes de volver a Cuba, recibía soldados de pueblos originarios producto de las discordias internas y omitía o impedía la intención de sus soldados españoles para volver (se dice que destruyó los barcos).
Expediciones de Hernán Cortes
La conquista de los aztecas, como punto culminante de su labor, fue un conglomerado de situaciones, ayudada por las alianzas con autóctonos (Cempoala, Texcoco y Tlaxcala son buenos ejemplos), superioridad armamentística y una profecía de la llegada de un Dios blanco que hizo por lo menos que Moctezuma, en un principio, lo recibiera bien a Hernán Cortés y lo llenara de obsequios. Se llegó a Tenochtitlán en un viaje muy difícil luego de tres meses. El inicio del intento de conquista se basó en una relación deteriorada con el emperador azteca, un conato de secuestro y una revuelta en la misma capital en la que muere Moctezuma tras ser obligado por el mismo Cortés a enfrentar a la multitud (este tuvo que volver de una expedición para luchar contra Velázquez). Ante los eventos tumultuosos, Cortés fue expulsado con los españoles restantes, muriendo muchos de ellos en lo que se conoce como la Noche Triste.
¿Y la resolución? ¿No sería otra la historia si se hubiera quedado todo en una noche triste? Reorganizando sus fuerzas, sabiendo debilitados a los aztecas por enfermedades y luchas intestinas, además de la superioridad armamentística, Hernán Cortés volvió en 1521 a Tenochtitlán, la cual cayó luego de tres meses de asedio. El final de esta excursión fue cruel y lógica: el conquistador aseguró el control de México aplicando medidas cruentas con los originarios, dos años después recibió del rey Carlos I el cargo de gobernador de Nueva España y capitán general.
Los años posteriores fueron una debacle para Cortés: aunque suene contradictorio, el poder que fue obteniendo generó reservas en sus allegados y otros españoles, lo que le valió la vuelta a España, manteniendo el cargo de capitán general, pero no el de gobernador civil. Nunca recuperó este título pese a sus innumerables intentos. Regresó a México pero sus actividades fueron escuetas y vigiladas, intentando encontrar un estrecho que uniera el Atlántico y el Pacífico. Nunca lo pudo lograr, aunque descubrió y nombró la actual California.
Los cuatro viajes de Hernán Cortés
Para 1541 Cortés se retiró definitivamente a España, amargado; tenía 56 años. Vivió siete primaveras más sin grandes sobresaltos hasta que abrazó la muerte, por una enfermedad pulmonar llamada pleuresía, el 2 de diciembre de 1547.